¿Qué es el comercio social?

El comercio social, a grandes rasgos, significa vender productos a través de las redes sociales, a menudo sin que los consumidores tengan que abandonar la plataforma. Imagínese sentado en el metro, esperando a un amigo o simplemente disfrutando de un rato de descanso en casa. Teléfono inteligente en mano, se desplaza por Instagram o Facebook admirando bonitas publicaciones de estilo de vida, cuando uno de sus influyentes favoritos muestra un producto particular que llama su atención. Gracias a las últimas técnicas de comercio social, podrá darse un capricho en el momento en que le llegue la inspiración, elegir su producto y pagar directamente, todo ello desde la comodidad y la familiaridad de la aplicación de una red social.

Es una herramienta atractiva, y las marcas han empezado a aprovechar lo último en inteligencia artificial, macrodatos y tecnología de vanguardia para ofrecer a los usuarios de redes sociales precisamente eso.

Un cambio de paradigma pandémico

Los efectos trastornadores de la pandemia de Covid-19 en 2020 y 2021 pusieron patas arriba el panorama de las compras. Las ventas en las tiendas tradicionales sufrieron un gran golpe en medio de las obligaciones de permanecer en casa y las medidas de distanciamiento social. Los minoristas de lujo y estilo de vida, que preveían que necesitarían impulsar sus ventas en línea para compensar las pérdidas de las tiendas cerradas temporal o incluso permanentemente, tuvieron que actuar con celeridad.

Las marcas más inteligentes ampliaron de forma masiva sus técnicas de comercio social para asegurarse de que podían dar a los consumidores confinados lo que querían: una manera sencilla, integrada y gratificante de comprar, desde la inspiración en las redes sociales hasta el pago y la entrega con unos pocos clics. Y los clientes respondieron con gran entusiasmo. El informe de Insider Intelligence muestra que las compras virtuales en todo el mundo se dispararon un 27,6 % en 2020, ya que los ciudadanos que no podían salir de sus casas se evadían por medio de las redes sociales. Como resultado, las marcas bien posicionadas experimentaron un rápido aumento de sus ventas en el comercio social durante un periodo que, de otro modo, hubiera sido sombrío para muchas empresas.

Incluso ahora que la economía empieza a recuperarse de la pandemia, la tendencia del comercio social parece haber llegado para quedarse, ya que los clientes se han acostumbrado a la facilidad y fluidez de comprar directamente desde su red social. Según el informe sobre comercio social en 2021 de Insider Intelligence, se prevé que las ventas del comercio social minorista en EE. UU. aumentarán un 34,8 % hasta alcanzar los 36 090 millones de dólares en 2021, lo que representa el 4,3 % de todas las ventas del comercio electrónico minorista. Conclusión: es un momento crucial para que las marcas mantengan un valioso impulso y sigan apostando por ello.

Generaciones y geografía

Para asegurarse de que se dirigen a los compradores adecuados en las redes sociales, las marcas tienen que tener claro que se adaptan a las tendencias generacionales, que varían en todo el mundo.

En Occidente, por ejemplo, los millennials y la Generación X son más o menos fieles a Facebook e Instagram para inspirarse en las compras virtuales, mientras que la comprometida Generación Z, el último grupo demográfico para el comercio electrónico, recurre cada vez más al moderno TikTok.

En China, el comercio social ha crecido a la velocidad del rayo, impulsado principalmente por Alibaba y Tencent. Los dos gigantes tecnológicos aprovechando el ya muy consolidado sector del comercio electrónico del país, que triplica el de Estados Unidos, han liderado la incorporación de técnicas de comercio social en sus plataformas. Gracias a su importante cuota de mercado, junto con el nada despreciable volumen de compras realizadas en otras redes sociales como Weibo, WeChat, Pinduoduo, Douyin y Little Red Book, se prevé que las ventas del comercio social en China alcancen la enorme cifra de 363 000 millones de dólares en 2021.

En cualquier lugar del mundo, contar con un mensaje coherente y sencillo en todas las redes sociales es, por supuesto, una necesidad para mantener la imagen de marca distintiva y en su sitio, así como para fomentar la confianza de los consumidores.

Todos los terrenos cubiertos

Como las redes sociales ya no son una novedad, los consumidores virtuales esperan estrategias cada vez más sofisticadas de las marcas. Aunque el método tradicional —una marca o un influyente publican una foto de producto atractiva— es un buen punto de partida, ya no es suficiente. Los minoristas en línea deben ir más allá para mantener a sus seguidores de las redes sociales comprometidos y dispuestos a comprar.

Para sobresalir, las marcas tienen que multiplicar sus mensajes a través de una variedad de canales de redes sociales diferentes, al tiempo que se aseguran de que sus publicaciones no parezcan anuncios anticuados. Los enlaces activados al deslizar hacia arriba incluidos en las historias efímeras son ya un método probado, que ayuda a forjar un sentimiento de conexión personal con los compradores. Para agilizar aún más el proceso de compra, las recientes funciones de compra dentro de la aplicación, integradas en las interfaces de redes sociales como Instagram y Facebook, también están siendo un éxito entre los consumidores. Otras marcas están adoptando enfoques de marketing aún más directos, como la presentación de retos con hashtags o el reenvío de fotos de sus productos por parte de sus seguidores para crear una comunidad virtual entregada y aumentar el compromiso de los usuarios.

A medida que el comercio social se apodera de una gran parte del mercado minorista, es esencial que las marcas aprovechen no solo uno, sino muchos canales de redes sociales para mantenerse por delante de su competencia y crear una experiencia de marketing inmersiva y sin fisuras.

En un entorno minorista empujado aún más hacia el ámbito digital por la pandemia, es más importante que nunca que las marcas mantengan una presencia coherente y atractiva en las redes sociales y permanezcan atentas a las nuevas formas de compra en línea. El comercio social está en auge y ha llegado para quedarse.